Paso a paso, y ante lo que muchos temen será la antesala de una maniobra de mayor alcance y de alto impacto, el Gobierno avanzó con nuevas medidas para desalentar el turismo en el exterior, esta vez mediante la aplicación de un cargo extra del 20% a la compra de paquetes turísticos y pasajes aéreos.
Desde septiembre, la AFIP viene aplicando un recargo similar pero para las operaciones realizadas con plásticos en moneda extranjera, como puede ser la compra de indumentaria en un mall de Miami, el pago de la cuenta de un restaurante de Florianópolis, o la adquisición, vía Internet y desde la Argentina, de cualquier producto ofrecido por una tienda virtual del exterior.
En diálogo con iProfesional.com, el economista Tomás Bulat destacó que «el Gobierno hacía tiempo que quería aplicar esta medida, pero no encontraba el momento. Dejó pasar el verano, porque tenía que reconciliarse con la clase media, y las vacaciones se sabe que son fundamentales para los argentinos».
Días atrás, al ser consultado sobre un nuevo recargo a la adquisición de paquetes y aéreos, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, había brindado algunas pistas al respecto.
«El organismo siempre evalúa y trabaja con responsabilidad y cuando toma una decisión se publica en el Boletín Oficial, se llama a conferencia de prensa generalmente y se la comunica. Mientras no se publique, no hay decisión y tampoco se adelanta información», fueron las palabras del funcionario, anticipando lo que finalmente sucedió.
En este contexto, el director de una de las agencias de turismo que integra el Top 10 y con un largo recorrido en una de las cámaras que agrupa a empresas del sector, confió a iProfesional.com horas atrás de conocerse esta medida que «había muchos rumores y esto inquietó considerablemente a nuestros clientes».
«Desde los primeros días de marzo veníamos recibiendo una avalancha de consultas de gente que quería comprar un pasaje o contratar un hotel para Semana Santa. Notamos que había mucha desesperación por cerrar operaciones y zafar del 15% de recargo«, explicó.
El empresario fue más allá al asegurar que «en las últimas semanas vengo hablando con las rentadoras de autos en Estados Unidos, como Hertz, y me venían señalando que la demanda se disparó, no sólo por estos días feriados que vienen sino ya para las vacaciones de invierno. Todo el sector turismo estuvo trabajando a full porque se temía que se aplicara este costo extra que, si bien no es determinante, molesta un poco. Lógicamente la gente hará todo para pagar menos».
El verdadero objetivo de fondo
Para los expertos, así como el 20% aplicado a compras en el exterior vigente desde septiembre perdió efecto a lo largo del tiempo, la decisión del Gobierno de extender el recargo a la contratación de hoteles y autos en el exterior, así como el pago de tickets aéreos, también tendrá un impacto muy limitado.
Lejos de desalentar el actual «furor» de argentinos cruzando la frontera vía Ezeiza, para los analistas, esta tasa que pasará a cobrar la AFIP será tomada por los turistas como un «costo menor«, dado que seguirá siendo sumamente ventajoso poder pagar un hotel o un ticket en cuotas y a un tipo de cambio mayor a los 6 pesos.
Se trata de una cotización que continúa resultando extremadamente tentadora frente a un «blue» que ahora vuelve a amenazar con cruzar la barrera de los $8 por billete verde.
Es decir que, este nuevo parámetro para la contratación de paquetes y pasajes desde la Argentina, achicará el gap con el paralelo, pero no en la medida suficiente como para que los turistas, de ahora en más, pasen a privilegiar los destinos nacionales frente a los del exterior.
Para Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Ledesma, «medidas como estas, de aplicar cargos extra del 20%, se volvieron completamente ineficaces y no desalientan a nadie a salir del país o a comprar bienes afuera, porque la inflación en el mercado doméstico viene más que compensando ese incremento«.
Así las cosas, para los expertos, el impacto a futuro en la demanda de pasajes y paquetes con este nuevo recargo, será ínfimo, dado que, en cuestión de meses, el encarecimiento de la oferta turística en el mercado interno por la propia presión inflacionaria, terminará haciendo cada vez más competitivo y tentador cualquier programa que implique cruzar la frontera y hacer shopping fuera de la Argentina.
El directivo de la agencia de turismo que dialogó con este medio fue tajante al respecto: «No hay con qué darle: por más que ahora le apliquen el 20% de cargo extra, ir al exterior seguirá siendo mucho más conveniente«.
A la hora de dar las razones de este avance oficial, Bulat consideró que «esta medida no mejora la situación competitiva, sino que se trata de una decisión de corte meramente fiscal».
En otras palabras, el Gobierno, frente a la sangría de divisas que implica que millones de argentinos hagan turismo afuera, decidió sacarle una tajada y lograr que parte de ese flujo de dinero se termine volcando a las arcas públicas.
Tras las vacaciones de verano, la administración K se aseguró una recaudación de $1.000 millones por las operaciones con tarjetas de crédito en el exterior, una cifra nada desdeñable, considerando que gran parte de ese total queda efectivamente en poder del Estado, dado que es mínima la porción de titulares de plásticos que realizan el reclamo ante el organismo para recibir la devolución vía impuesto a las Ganancias, ya sea por cuestiones burocráticas o para evitar ser investigados.
En este contexto, ¿cuánto pasaría a recaudar el Gobierno con este nuevo cargo del 20% que ahora se aplica a la compra de paquetes y aéreos y que entra en vigencia este lunes?
Considerando que para este 2013 los expertos prevén que desde la Argentina se giren u$s5.000 millones en concepto de «turismo», el Ejecutivo podría asegurarse una recaudación -que hasta ahora no tenía- del orden de los $3.000 millones al tipo de cambio actual -cifra que resulta de aplicar dicho 15% a esos u$s5.000 millones y luego restarle los primeros meses del año, durante los cuales no estuvo vigente la medida-.
¿La antesala de una acción de mayor alcance?
Sin embargo, como se señaló anteriormente, para los analistas, no es tan relevante esta nueva medida como sí el hecho de que esta maniobra puede formar parte de un plan más integral y contundente, cuya coronación sería la aplicación de un desdoblamiento cambiario que llevaría el «dólar turista» a un nivel en el cual veranear en el exterior ya no sería tan atractivo.
«Es muy posible que el Gobierno aplique un desdoblamiento, que obviamente va a generar más líos que soluciones», explicó Bulat, para quien «va a estar más cerca de los $8 que del oficial, porque con ponerlo a $6,70 o en niveles similares lo único que va a conseguir es que la gente lo siga viendo barato y siga haciendo turismo en el exterior».
Frente a esto, en diálogo con iProfesional.com, el ex presidente de la Asociación Argentina de Viajes y Turismo, Tomás Rayan, días atrás lanzó una frase contundente: «A la corta o a la larga se avanzará oficialmente con un dólar especial para el sector turístico».
En caso de que efectivamente el Gobierno apele al desdoblamiento cambiario, ahí sí los expertos son claros al afirmar que será inevitable el «fin de fiesta» para los argentinos deseosos de descansar en Miami, Brasil, Europa o cualquier destino internacional.
«Si el Ejecutivo quiere frenar la sangría de dólares, el tipo de cambio para la actividad va tener que pasar a estar, a valores de hoy, en un nivel superior a los $7. Si a eso le sumamos el 15% de recargo, ahí sí que la cuenta no resultará tan beneficiosa como en estos momentos. La consecuencia es que lógicamente se va a desplomar la demanda y volveremos a los niveles de 2004 o 2005, cuando no teníamos el furor de hoy», explicó con claridad el empresario consultado y que pidió off the record.
Frente a estos rumores crecientes, los expertos aclaran que, de haber novedades, las mismas se producirían recién pasadas las elecciones de octubre, dado que el Gobierno evitará enfrentar el alto costo político que implicará romper el «sueño» de las vacaciones con clase internacional.
¿Subsidio para el «deme dos reloaded»?
Para Ryan, la del turismo fronteras afuera «es una fiesta que estamos subsidiando todos, porque es una de las pocas actividades que todavía se rige con el tipo de cambio oficial», aun con este nuevo recargo.
El empresario se quejó además de que «un dólar que se va es un dólar que se pierde. Así es como fue que tuvimos déficit de la cuenta turismo por primera vez en años. Por eso no se entiende la estrategia de seguir subsidiándole a los argentinos la venta de paquetes cuando a los turistas extranjeros no se les da ninguna ventaja impositiva para alentarlos a que vengan y consuman, como sí lo hizo Uruguay, que ofreció muchos beneficios a los visitantes este verano».
Por su parte, Bulat confirmó que, pese al recargo del 15%, «sin dudas el Gobierno está subsidiando la compra de pasajes y paquetes. Incluso podemos decir que dicho subsidio es mayor en el sector turismo que en el negocio de los vehículos importados, porque éstos, al venderse en el mercado interno y no poder escapar del todo de la inflación, vienen teniendo algunos ajustes en dólares, cosa que no sucede con las agencias de turismo».
Así las cosas, el atraso cambiario y la posibilidad de contratar servicios afuera en pesos y al tipo de cambio fijado por el BCRA renovó el «furor» del uso de plásticos, los cuales se convirtieron en verdaderos aliados de los argentinos que salen a recorrer el mundo.
Las estadísticas del Banco Central brindan un dato contundente: al 1° de marzo último, el saldo por compras con tarjetas fronteras afuera se disparó hasta alcanzar un nuevo récord desde la salida de la convertibilidad.
En efecto: el monto a cancelar por adquisiciones en moneda extranjera superó los u$s500 millones, un 65% más que el promedio de marzo del año pasado y un 150% por encima que el de octubre de 2011, momento en el que el Gobierno aplicara el recargo al uso de plásticos.
Otro dato que deja a las claras el impulso que genera el atraso cambiario es que, según un relevamiento del popular sitio Hoteles.com, los turistas de nacionalidad argentina figuraron entre los que más gastaron en alojamiento en el mundo a lo largo de 2012, ubicándose dentro del top 10 entre un listado de casi 30 países.
Como contrapartida, y como síntoma de lo cara que quedó la oferta local -en términos de dólar-, la Argentina figura entre las naciones en las que sus ciudadanos menos desembolsan a la hora de alojarse (puesto 24 ).
Así, las cosas, recargo del 20% mediante, los expertos hablan de una nueva avalancha de turistas al exterior para esta Semana Santa y las vacaciones de invierno.
El gran dilema es qué sucederá pasado octubre, justo cuando muchos empiecen a palpitar el verano «cosecha» 2014.
Y se preguntan si no llegará el momento tan «temido» en el que algunos tengan que cambiar las doradas playas de Miami por la querida Mar del Plata.
FUENTE: iProfesional.com